Con una extensión de ochenta kilómetros de largo y salpicada de piedra caliza, manantiales minerales y dos lagos salados, Siwa tiene una cultura basada en dátiles y aceitunas que la hacen sentir como el jardín del Edén. En el centro del asentamiento de Shali, la ciudad principal del oasis, se encuentran algunas ruinas extrañas y fantasmales. Estos son todos los restos del antiguo pueblo, destruido el siglo pasado por las lluvias torrenciales. El templo de Amén, sitio del oráculo consultado por Alejandro Magno, es un importante sitio arqueológico en Siwa. No se pierda nadar en el agua ligeramente burbujeante de las piscinas de manantial.